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"Atún, tomate y anchoas, en un pedazo de pan, y un cartucho de olivicas partidas, con o sin cebolla. Nada más".
Palabras de Vicente Villalobos, que describen a la perfección la esencia de su casa, el mítico bar Villalobos. Son 119 años de historia, cuyo origen se sitúa a principios del siglo XX (1901), con la apertura de Ca Barceló, un bar-'tendeta', regentado por José Barceló Bru, en la esquina del carrer Empedrat. La especialidad era el bcata de 'tonyina en tomata' preparado con la técnica del polzet': dedo pulgar y tenedor, mano a mano, para dar forma al suculento manjar.
En 1932, la família Villalobos se hace cargo del negocio, y reabre el bar en el número 13 de la misma calle. En aquella época, Vicente, el último de varias generaciones que lo regentó (...) 'sirvió vermuts con berberechos a Largo Caballero, tinto de Matola con cacahuetes a don Manuel Azaña, preparó bocadillos para el Batallón Elche en su partida hacia el frente (y) guindillas a Serrano Súñer (...) [Rodes, A. 'Bocatas de Oro'. Información.es]
Hasta el año pasado (2020), en el que cerró sus puertas, la Casa Villalobos ha sido punto de encuentro de numerosos ilicitanos y también foráneos, que han podido disfrutar de la sencillez de sus bocatas, encurtidos y vinos.
Hoy, 10 de junio de 2021, el mobiliario del Villalobos se traslada al Museo Pusol, donde se convertirá en pieza imprescindible del inacabable puzzle que conforma nuestra memoria.