Según la tradición, la imagen de nuestra Patrona apareció en la noche del 28 al 29 de diciembre de 1370 en el interior de un arca de madera flotando en el mar, en la playa del Tamarit (en el lugar llamado de las azucenas), situada en Santa Pola. El arca fue encontrada por el guardacostas Francesc Cantó quien corrió a comunicar la noticia al Concejo de Elche. Dicho Concejo se desplazó hasta la playa y comprobó el hallazgo de la figura, así como de unos documentos manuscritos que la acompañaban. Estos documentos eran la consueta o libreto de la Festa o Misterio asuncionista y en ellos se explicaba cómo debía celebrarse el festejo de esta imagen. No obstante y aunque en la tapa del arca misteriosa aparecía la inscripción Sóc per a Elig -"Soy para Elche"-, lo que indicaba claramente el destino de la imagen de la Virgen, vecinos de Alicante y Orihuela, que también se enteraron de la aparición, quisieron que la figura fuese trasladada a sus respectivas poblaciones. Para decidir la cuestión sin disputas, se colocó el arca sobre una carreta de bueyes con los ojos tapados y se soltaron en una encrucijada de caminos. La carreta de los animales emprendió la marcha hacia Elche sin dudarlo y no se detuvo hasta llegar a la puerta de la ermita de San Sebastián, donde fue depositada la figura mariana.
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