“La ofrenda de la Falange de Elche fue un acto de ejemplaridad nacional. A las seis y media de la tarde, en sombras ya el día, rígidos y exactos en su formación, seguros en el paso, se acercaron por un camino de veinticuatro kilómetros, sin relevo en la marcha, miles de camaradas de la ciudad redimida de Elche. El fuego de las antorchas -palmeras consumidas en ofrenda del martirio- descubrió el anhelo creciente de los rostros (…) A las siete y media, hicieron su entrada en la Casa-Prisión, al mando del jefe local del Movimiento de Elche, camarada José Luis Santo Llorente, los camaradas de la Falange de aquella ciudad. A la una de la tarde salieron de Elche, a pie, miles de camaradas con hachones que encendieron para entrar en la Casa-Prisión, un centenar con banderas del Movimiento, cuarenta con coronas de flores naturales y la corona de bronce que la ciudad hermana ofrenda a José Antonio".
Gaceta de Alicante, 21-XI-1940