Las incursiones de saqueo marcaban el ritmo de la vida en la frontera de la Corona de Aragón entre cristianos y musulmanes. Sin embargo, el ataque que se produjo contra Elche en abril de 1332 sobrepasó con mucho lo que podía entenderse como un simple golpe fronterizo a manos de un grupo reducido, tanto por el número de sus protagonistas como por sus ambiciosos objetivos. Ridwan, primer ministro de Muhammad IV que rigió las tropas andalusíes, descargó su ofensiva contra Elche, entonces señorío del infante don Juan Manuel y entre el 9 y el 14 de abril de 1332 la ciudad de Elche fue combatida, atacada y asediada por los granadinos, dirigidos por su caudillo Ridwan. La lucha más dura se libró el Domingo de Ramos. Según don Pero Maça de Liçana, las mujeres ilicitanas contribuyeron a la defensa de las murallas, vertiendo desde lo alto aceite hirviendo. A los musulmanes se les impidió el paso hacia Alicante en el Portitxol, donde se emplazaba una torre de vigilancia. Algunos mudéjares les alertaron de la llegada de Alfonso IV al frente, incorporándose además los refuerzos de don Juan Manuel y del Obispo de Cartagena don Pedro Barroso. La unión de la precaución, la defensa tenaz de la villa y el despliegue de la hueste real derrotó la audacia de Ridwan. El 19 de abril el monarca informó desde Alicante a su hermano el patriarca de Alejandría de su victoria.
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