Datos de la imagen
Fecha
1999
Lugar
Elche
Campesina ilicitana realizando la tradicional labor de recolección de la especie botánica de cantueso endémico alicantino (THYMUS MORODERI), cortando flores con tijeras en sierras de Elche, sin arrancar la raíz para que vuelva a florecer la próxima primavera. Se trata de una planta silvestre aromática protegida por su escasez, y muy valorada para la elaboración de licores e infusiones digestivas.
Fotógrafo
Raúl Agulló Coves
Observaciones
Se trata de una especie que forma parte de nuestro patrimonio botánico local, al igual que las palmeras, los árboles centenarios o monumentales como las últimas carrascas diseminadas por el campo de Elche, un ejemplar de Taray premiado por la Generalitat Valenciana en 1987 por su impresionante longevidad; o los célebres Chopos Ilicitanos (Populus Euphratica). Estos árboles proceden de la ribera del río Eúfrates en Irak y fueron traídos a Elche hace unos 200 años por un aficionado, de manera que existe una comunidad protegida por las ordenanzas municipales de Medio Ambiente, siendo todos ejemplares hembras con la peculiaridad de presentar en estado adulto, 5 tipos de hoja. De hecho, existe una calle rotulada oficialmente con su nombre, y se cultivan en nuestros viveros municipales para trasplantarlos en espacios verdes públicos. Es una especie adaptada a la salinidad de nuestras aguas de riego, pero el paraje protegido de Elche donde se encuentran los ejemplares originales junto a la Acequia Mayor del Pantano, se encuentra tradicionalmente muy abandonado y sin señalizar. El ilicitano José Ferrando ha realizado varias exposiciones de bonsai con esta especie, de gran interés científico por tener aquí su única localización conocida en Europa.
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Biografia