Datos biográficos
La plaza Mariano Antón.
Mayo del 69.
La plaza Mariano Antón era una plaza suburbial clavada a un rincón del centro de la ciudad por cuatro ficus profundos que se buscaban en lo alto diseñando una umbría y acogedora bóveda de crucería.
La plaza Mariano Antón fue habitada intensamente por mi Preu.
A la plaza Mariano Antón se entraba de uniforme. Vaqueros y jersey negro de cuello alto.
Y allí estaba el Pera echándole a su sacrificada guitarra un d´un temps d´un país. Y allí estaba el Fleco jugándose la torraeta del Sipia a enversar con Blas de Otero. Y Jaume Latour diciéndole a Teilhard de Chardin que que ya puestos le explicara a Darwin como se pasaba del mono a los dientes de alambre que le habían salido. Y Narciso que había instalado una mesa con brasero y tertulia julepera, a Machado oros, a Baroja espadas, bastos a D. Benito el Garbancero, a Navarro ético y ti estético y me guardo a Helena bajo la manga y Valle Inclán cortando con una mano mientras que con la otra imposible echaba los tejos a Raquel y a Rosita y a la Regentita que esa semana le gustaba Martínez Llinares. Y Narciso poniéndole deberes a José María Pemán y Garaudy explicándole la jugada a Narciso y Althauser haciéndole estructuraladas a Garaudy y al Pajarito por debajo de las faldas de la mesa proponiéndole a Campoamor un canje de tres adjetivos de La Celestina por el cristal con que se mira. Y el Pera a dúo con Raimon al vent. Y Juanmi Ors de grumete y con flotador y Padilla dando vueltas a la plaza con la moto y Pérez Más fabricando a martillazos la máquina definitiva contra la reacción universal y Chopin paciente y resignado que medio afinándole a la entrañable Nucha el piano que le había regalado su novio economista juvenil del Real Madrid mira la foto. Y Marcuse que en otro rincón presentaba Marx a Freud que andaba poniendo espejitos en el suelo para ver si le veía el complejo de Edipo a las de sexto que pasaban de reojo a comprarse seis rocíos mentolados en el kiosko de Francos Rodríguez y Helena que no es el complejo d Edipo que es el complejo d Electra. Y Engels que me regalaba el origen de la familia, la propiedad privada y el estado para desengañarme de mi primer desengaño amoroso que el amor es una insidia cultural que inventara la burguesía para blindar su contradicciones objetivas. Y el Pera paraules d´amor y Narciso que no es cantica burula que es carmina burana. Y Navarro empurando a los frívolos Cohn Bendit, Krivine y Henry Levy que andaban jugando con Villalobos, Díez Guilabert y Pepito Almendro a churro, media manga y mangotero. Y la banda del Villena meando en la fuente mientras Ibarra les rellenaba un cuestionario que si lo suyo era rebelión, insumisión o simplemente revolución. Y D. Pedro asomándose a pasar lista y repartir problemas. Y la impresionante Encarnación Ruiz de Lope emparejando en un jarrón desoxidoribonucleico un puñado de rosas que había aceptado como disculpa. Y la Ñata a hombros de D. Raúl espiando tras la estatua del paciente Mariano Antón repelándose el rímel, ajustándose la peluca kai panta mataiotes y D. Raúl que cuenta cuenta. Y Pilar Maestro tirando un cubo de agua desde el balcón del quinto izquierda de Warons que bajéis la voz que con este escándalo no hay quien haga una revolución en condiciones y Mate que hágase cargo Dª Pilar que esto es lógico que están en la edad mientras le limpiaba al bueno de Carlos Marx las barbas que le habían cagado las palomas reformistas. Y el Pera ara que tinc vint anys. Y padilla a vueltas con la moto. Y Eduardo Ranch contándole no se que Celeri, Darii y Ferio a Iluminado que apretaba los dientes mirando fijamente a un punto solitario que cuentan hace tiempo encontró en el horizonte y que siempre le salvó de la irresistible tentación de estallar ante tanta locura indescifrable y romper su guardiacivilesco porte de conserje de los billares de la esquina. Y el Trivi y el Mora jugándose con Espartero y O´Donell las preguntas de historia al futbolín. Y Pepet trabajándose una iguala de asesoramiento con Castilla del Pino para cuando acabara la carrera. Y Anacleto agente secreto subido a la Calahorra con prismáticos y la gabardina atragantada por un bocadillo de calamares del Hogar. Y Azorín que esto no puede ser que esto se me va de las manos y Mari Paz déjalos con lo majos que son. Y el último autobús de Alicante, el último autocar de Mollá.
La plaza Mariano Antón está en el camino de la vuelta de Damasco.
La plaza Mariano Antón fue una plaza camilla.
Era tiempo de cambios y de convulsión.
Era el tiempo de mi Preu.
Era la época de Narciso.
Era mayo del 69.
Antonio Rodes
HERNÁNDEZ, Mari Paz y ORS, Miguel, eds. (2013), Instituto de La Asunción: 50 años, 50 miradas, págs. 283-285.