Datos biográficos
El sexto de los ilicitanos fusilados fue el militante comunista Rafael Pérez Santos “El Francia”, el primero de los juzgados en Elche con un tribunal militar presidido por el teniente coronel Juan Hidalgo Matas, actuando como vocales el capitán Leandro Orbañanos Gómez, el capitán Demetrio Clavería Iglesias, el teniente Anastasio González Hidalgo y actuó como vocal ponente el capitán García Rosado. [1]. De 40 años en 1939, natural de Novelda y vecino de Elche, panadero, domiciliado en la calle Durán, militante de UGT desde 1931, del PCE desde enero de 1932 y de Socorro Rojo Internacional en 1936. En su comparecencia el 29 de abril de 1939 declaró que formó parte del Secretariado de Organización del PCE y que fue agente de Orden Público en Alicante, Denia, Alcoy, Elche y Orihuela. Fue también jurado del Tribunal Popular de Alicante y actuó en el juicio en el que 17 ilicitanos –“en el documento se dice que eran 17 “falangistas”, aunque prácticamente ninguno lo fuera, al menos con carné- fueron condenados a muerte. Informó también de haber sido el encargado por el Comité Provincial del PCE de llevar órdenes del partido a diferentes pueblos de la provincia. Intervino en mítines representando al PCE y a SRI en Pego y Santa Pola. En Santa Pola le acompañaron un tal “Piñolet, camarero del bar Eso de Elche y Gregoria Lozoya –en el exilio-. En su declaración mencionó a todos los dirigentes locales del PCE:
“Como entraba con frecuencia en el P.C., sabe que allí se llevaba gente detenida que después eran sacadas para asesinarlas siendo los que más frecuentemente hacían esto José Asencio Pastor “El Chato de la Areli”, Emilio Gomariz, José Ruiz Quirant “Mangraneta”, Pedro Escalante, Alfredo Gonzálvez Almela, Pascual Torres, hermanos Rodríguez “Els Petits” y un tal Sáez, que tomaban parte directa en los asesinatos, que además Pascual Torres, José Ruiz Quirant “Mangraneta” y Alfredo Gonzálvez Almela se distinguían por las continuas agitaciones a los paseos”.
Ofreció información sobre un buen número de casos concretos. Así, el pequeño de los hermanos Rodríguez “Els Petits” fue a Barcelona y se trajo a Manuel López Santos “El Tort del Molinet”, asesinado en la carretera de Alicante. Contó que “Mangraneta”, el secretario de organización del partido en Elce “sacó ha matar” (sic) a Antonio Brotons Pastor “El cojo de las bicicletas” y a Lorenzo Quiles y que se les escaparon en el momento en que iban a ser asesinados. El hecho se comentó en el PCE y el declarante y José Rodríguez le llamaron imbécil a “Mangraneta”. Se refirió al caso de Antonio Rodríguez Giménez al que fueron a buscar a Valencia y en la carretera de Aspe Gomaríz lo mató.
Fue encargado por el Comité Provincial del PCE de Alicante para “un servicio de importancia” para el que el alcalde de Elche –Manuel Rodríguez Martínez- necesitaba “un hombre de confianza”. Desde Alicante llegaron a Elche con tres coches y citó como acompañantes a José Asencio Pastor “Chato de la Areli”, José Llorca, Gómez de Cádiz y algunos más de Alicante. Llegaron al Ayuntamiento y se encontraron con el alcalde, el secretario del Ayuntamiento Odón González Ochoa, Jerónimo el ordenanza y el juez instructor de Elche, el antiguo policía José Sánchez Puerta. Acordaron que José Llorca se hiciera pasar por juez para engañar a los detenidos. Incluso, “a Llorca se le dio un pijama para que pudiera disimular mejor". Llegaron al palacio de Altamira y allí se encontraron a los carceleros Diego Sempre “Botanetes”, Diego Mora, Manuel García y José Javaloyes. Sacaron a siete presos: Jeremías Pastor, Carmelo Serrano, José María Soler Agulló, Carlos Antón Pastor, Miguel Miralles Jorge, Antonio Soria Gabaldón y Victor Manuel Niñoles. A la salida de Elche, Sánchez Puertas se volvió.
En el coche en el que iba Rafael Pérez Santos le acompañó José Llorca y un chófer y con ellos iban José María Soler Agulló y Miguel Miralles Jorge. En la misma carretera de Alicante fueron asesinados, primero José María Soler. Miguel Miralles Jorge “hecho ha correr, pero a los pocos pasos cayó muerto” (sic).
Otro detalle relevante de su declaración fue su intervención como jurado en la revisión del juicio de los procesados ilicitanos por el Tribunal Popular de Alicante. En el primer juicio, en el que participó como jurado del PCE Jacinto Alemañ, fueron tres los condenados a muerte. Revisado el juicio, de tres pasaron a 17 los condenados a muerte y fusilados el 4 de octubre de 1936[2]. Mencionó a los militantes comunistas que actuaron como testigos de cargo: José Canals Jaén, León Bravo, Antonio Lacalle y José Asencio Pastor “El Chato de la Areli”. Entre los 17 condenados a muerte estaba quien había sido el propietario de la panadería en la que trabajó, José Díez Mora, que quiso hablar con Rafael Pérez Santos, negándose este “porque tenía la misión de hacer justicia”.
Mencionó igualmente a militantes comunistas –exiliados- como el dirigente Jacinto Alemán, un tal Apolo del Comité Comarcal y Antonio Moll Mañez, como personas que podrían informar de lo ocurrido. Informó sobre los chóferes que estuvieron al servicio del partido como José Llorca, Amando Sierra, Andrés “extranjero”, José García, un tal Amanero y Manolo “Mejala”. Mencionó también lugares donde podía haber armas escondidas como en la cueva de Pedro Escalante, la cueva deAlfredo Gonzálvez Almela o la tienda de ultramarinos de Juan Oliver Brotons en la calle Velarde. Dio nombres de diferentes lugares de la provincia y ofreció todo un compendio de información sobre el partido en el que había militado.
Cabe pensar en dos circunstancias que expliquen una declaración tan prolija y al mismo tiempo tan suicida: que fuera brutalmente torturado y que, por no haber podido exiliarse, guardara un profundo rencor a quienes habían sido correligionarios y habían salvado sus vidas, pero sabía perfectamente que estaba condenándose a muerte con su declaración de cuatro folios mecanografiados. Declaración firmada por el procesado junto a Francisco Fluxá y Pedro Fluxá.
El tribunal militar que le juzgó en Elche el 22 de junio de 1939 lo consideró como uno de los más destacados hombres del Frente Popular y se repitió en el Resultando su participación en “paseos” y como jurado del Tribunal Popular. Se añadió “la completa identificación del procesado, tanto en el orden espiritual como en el material con la causa marxista”. Se le incluyeron los agravantes de perversidad y transcendencia y la aplicación de la Ley de Responsabilidades Políticas. Fue condenado a muerte y ejecutado en las tapias del cementerio de Elche el 14 de julio de 1939.