Datos biográficos
Tomás Antón Antón, agricultor de la partida del Derramador, nacido en 1891, alcalde pedáneo en 1936 y militante del PSOE y de la UGT, fue acusado en la posguerra por el nuevo alcalde pedáneo de la partida, Tomás Antón Mora, sin que sepamos si les unía a ambos alguna relación de parentesco. El nuevo pedáneo se explayó ante el juez militar de Elche, por los hechos sucedidos el 13 de agosto de 1936 en la ermita de San Isidro de la partida de Derramador:
“que la noche del 13 de agosto, ‘nit de l´albá’, en este pueblo, los elementos marxistas de la partida acordaron celebrarla quemando la Ermita y con su innata maldad y crueldad refinada, pensaron que obligando a asistir a las personas más destacadas como elementos de derechas y católicos, y reiteradas veces perseguidos durante la pasada etapa roja, se verían más alagados sus instintos marxistas”.
A continuación, denunciaba a un grupo de ocho personas, con Tomás Antón Antón “capitaneando”: Francisco Tarí Miralles (30 años de reclusión mayor, como segundo alcalde pedáneo), José Román Oliver (3 años y un día), José Román López (3 años y un día), Jerónimo Esclapez Mora (6 años y un día. También alcalde pedáneo), Francisco Berenguer Martínez (30 años por “destrozar una imagen con una piqueta a proferirle conceptos irreverentes”), Francisco Ferrández Martínez (seis años y un día, porque “obligó a Pascual Orts a vestir una casulla para festejar la destrucción de la Iglesia”). El último en ser citado es el tío “Colorado”.
En el resultando de la sentencia, sobre Tomás Antón Antón se dice lo siguiente:
“probado y así se declara que Tomás Antón Antón de antecedentes izquierdistas durante el Movimiento y por algún tiempo fue Alcalde pedáneo de la partida de Derramador y Jefe de las milicias de la misma e intervino como Director en la destrucción de la Ermita de San Isidro y en la quema de objetos religiosos e imágenes sagradas”.
Y nada más. No se hizo referencia a la declaración de Jaime Gomis Pérez, padre de Antonio Gomis Vicente “Carnases”, asesinado el 19 de octubre de 1936 en el que se citaba a Tomás Antón, labrador de la partida de Derramador, como integrante de uno de los tres coches que se utilizaron en el asesinato de su hijos en la partida de Bacarot. La declaración forma parte de los documentos aportados en el procedimiento sumarísimo, pero el tribunal militar no lo tuvo en cuenta por la razón que fuera. Por tanto, por el mismo hecho –la quema de la ermita y de ornamentos religiosos-, por el que otros participantes fueron condenados entre 30 y tres años, a Tomás Antón Antón le costó la vida. Una muestra evidente de la arbitrariedad y del puro azar a la hora de condenar sin la más mínima garantía jurídica.
Condenado a muerte el 11 de enero de 1940, fue fusilado en Alicante el 12 de julio de 1940, después de seis meses de permanencia en el “Tubo”, la galería del Reformatorio de Adultos de Alicante reservada para los condenados a muerte