Alfosea, Ángel

Datos biográficos
Fecha de nacimiento
octubre de 1969
Lugar de nacimiento
Elche
Fecha de muerte
5 de noviembre de 2018
Profesión
Músico

GÓNZALVEZ  ALFOSEA, Ángel Vicente (Elche, 6-X-1969 - 5-XI-2018). Nació en octubre de 1969 y lleva con la guitarra a cuestas prácticamente toda la vida. En 1992 decide montar “R que R”, un grupo donde interpretar sus propias canciones como guitarrista y vocalista. Compaginando sus estudios de música en el Conservatorio Municipal de Elche, en 1995 graba su primer disco, “Plata Negra”, publicado por una compañía discográfica catalana del que se venden los cinco mil ejemplares fabricados. Posteriormente graban su segundo disco, “Bis” en un estudio de Barcelona, pero éste no se presentará hasta 2000. El buen directo de la banda les lleva por salas de la Comunidad Valenciana, Cataluña y Andalucía. Tras la disolución del grupo en 2003, Ángel Alfosea, continúa ligado con la música, pero esta vez como compositor para bandas sonoras de teatro, publicidad, vídeos promocionales o como arreglista de otras formaciones. En 2008, vuelve a meterse en el estudio para grabar su tercer disco: “Lo mejorcito de cada casa”. Este fue su primer proyecto en solitario con diez canciones inéditas, grabadas por veinticuatro músicos de los muchos que se ha encontrado en su carrera y que presentó en el Gran Teatro de Elche en enero de 2009. En 2010 edita un doble DVD, con entrevistas, fotos y videoclips que reflejan su dilatada carrera y la grabación en directo de la presentación de su disco “Lo mejorcito de cada casa”. En febrero de 2012, se presenta “Ahora”, el cuarto trabajo discográfico del prolífico músico ilicitano, con doce canciones nuevas. En febrero de 2018 presentó su último trabajo en el Gran Teatro. El último año de su vida lo dedicó a coordinar y a dar a conocer el disco Cançons popular d´ Elx, junto a cantores de La Festa y músicos ilicitanos. Formó parte también del grupo The Troupers con el que realizó un buen número de conciertos homenaje al grupo Abba. Falleció en Elche a los 49 años de edad, como consecuencia de un infarto de miocardio.

El 9 de octubre de 2019 el Ayuntamiento de Elche le concedió el Ram d’or a título póstumo.

Entrevista de Borja Campoy en Información ( 18 de enero de  2018)

Alcanzado este punto, ¿es el momento de reivindicar la cultura popular ilicitana? 

El domingo saldrá a la venta su disco Cançons populars d'Elx , ¿qué ofrece en él? Es una recopilación de las canciones que forman la tradición de Elche. He hecho una revisión musical, utilizando los instrumentos tradicionales para que no pierdan su sentido original. La grabación tiene la calidad de cualquier disco. Hacía 30 años que no se grababa nada igual. Estas canciones, a los de mi generación, nos las cantaban nuestros padres y abuelos. El problema es que nosotros no se las hemos cantado a nuestros hijos. Me encuentro con muchos niños que no tienen ni idea de su existencia.

¿De esta manera será difícil que las canciones populares lleguen a la próxima generación?

.Sí, ese es el primer objetivo que hemos perseguido a la hora de grabar el disco. Queremos que las canciones se conozcan y se trasmitan a las generaciones que vienen detrás, porque se están empezando a perder. La gente sólo conoce el Xe que agust de cantarla durante las fiestas y poco más. Del Venim de la mar sólo se saben el estribillo y el resto lo tararean. Es un patrimonio nuestro, que hemos creado aquí sin que nadie nos lo impongan y no queremos que se pierda.

El disco será presentado en un concierto en el Gran Teatro, ¿cómo lo afrontará? 

Pretendemos que venga el público más mayor, que conoce las canciones, el de mi generación, que también le suenan, y los más jóvenes, para que las aprendan. No queremos que sea un concierto aburrido, más bien lo contrario, buscamos hacer algo divertido, con lo que pueda disfrutar desde un niño hasta un jubilado. Tocaremos las piezas del disco y ambientaremos el escenario con fotos históricas de Elche. También haremos mención a personas que han estado vinculadas a la cultura de la ciudad. 

Para la grabación han utilizado instrumentos originales como la bandurria o el laúd, ¿qué le ha parecido esto?

Sí, hemos utilizado los instrumentos de la época, los que sonaban en cualquier reunión o salida al campo. Hemos apostado por ello para que las canciones suenen igual que entonces. Pero la grabación del disco tiene calidad. He contado con músicos que están acostumbrados a tocar la bandurria, el laúd o el acordeón y eso se ha notado positivamente en el resultado final. 

¿Cómo han aguantado el paso del tiempo las canciones? 

Algunas lo han aguantado mejor que otras. Hay que tener en cuenta que son canciones que tienen unos cien años. Muchas se han mantenido y otras se han ido perdiendo con el paso del tiempo. A la gente mayor también le cuesta recordarlas.

Javier Baeza en Información, 6-XI-2018

Me cuesta hablar de ti en pasado

«Recién cumplidos los 49, y con una vida llena de música, te has marchado sin remedio y aún no lo hemos digerido»

Me cuesta hablar de ti, Ángel Alfosea, en pasado, sinceramente. Me pide el diario INFORMACIÓN unas líneas a modo de obituario, pero es muy duro siquiera intentarlo. Recién cumplidos los 49, y con una vida llena de música, de proyectos, de trabajo, de aprendizajes, de ganas, te has marchado sin remedio y aún no lo hemos digerido.

Pensar en lo que supone tu trayectoria, tu biografía pública, me da pavor. Esas cosas no tocaban ahora. Pero estoy seguro de que si estuvieras aquí, te partirías de la risa con tu carcajada enorme, socarrona y nos soltarías una de tus frescas.

Nos has dejado una deliciosa historia de música con RQUER y tus canciones en solitario, y con Alfosea & The Glasses (todos llevabais gafas, claro), y con tu tributo a Abba. Componías con el alma y con la risa, hijo del pop español de los 80, de Gabinete y su adorado Urrutia. Tu voz a veces me parecía un verdadero homenaje a Jaime.

Para esta ciudad de las palmeras has supuesto un artista muy especial, tu último disco recuperando y poniendo en valor nuestras canciones tradicionales lo demuestra. Y tu himno definitivo: «Elche Distrito Federal». Últimamente peleabas con el piano, incansable en la búsqueda de música por todas partes. Y le pusiste sonido y luces a todo el mundo, en cualquier plaza, sobre cualquier escenario. De todo eso se hará eco algún historiador, quizá un archivo editado una y otra vez en las redes sociales. Y lo mereces de sobra. La posteridad hará justicia con el Ángel Alfosea artista.

Pero los que hemos compartido parte de nuestras vidas y de nuestras andanzas contigo, llevamos en los bolsillos el roce de una persona única, especial. La música nos hizo amigos, compartir escenario muchas veces, incluso compartir proyectos locos como los villancínicos de las navidades de los noventa con las letras cambiadas al estilo de Krahe y la Mandrágora.

Compartimos hasta el mismo personaje en una maravillosa obra de teatro: ambos fuimos el cantante y guitarrista de «El palomar de las cartas» de Maracaibo Teatro; cuando uno faltaba, el papel lo hacía el otro. Y todos tus amigos tienen hoy rota el alma como yo por el mismo sitio, el de la pérdida irreparable, el del susto inaudito que vuelca el corazón y ahoga la garganta. Mientras nos obligas a llorarte, Angelito, mirándonos incrédulos y repartiéndonos calor a coro, permíteme que cante algo tuyo para espantar el mal un rato, así, por lo bajines. « Y qué quieres que haga yo, si me gustan las mujeres más que a un gordo los pasteles». Me cuesta hablar de ti, Ángel Alfosea, en pasado. Sinceramente. 

Eduard Aguilar, Alicante Plaza, 6-XI-2018  

No són poques les vegades en què un pensa quin tipus de vell serà. Es mira a l’espill i tira d’imaginació per executar un mena d’efecte morphing que estire pells ací, augmente volum allà, tinte o faça caure els cabells, d’imaginació i d’eleccions, triar un filtre i no un altre, fer una demanda als déus. Trobe que Ángel ja sabia quin tipus de vell volia ser. La màxima rockera de “viu a presa, mor jove i deixa un bonic cadàver”, no li provava massa, així que havia decidit caminar cap a aquell personatge una mica eremita de les pel·lícules, una mica enigmàtic però amb una personalitat arrabasadora, l’home que està aquí perquè és una prolongació de la terra, de qualsevol terra, per a Ángel la terra del seu poble, que ell vivia com una ciutat, tal vegada com poques persones fan en esta ciclotímica vila de palmeres.

Vam ser veïns del barri del Raval. Un matí, al poc d’instal·lar-m’hi, passat l’equador dels anys 90 del segle passat, em vaig abocar a la finestra del dormitori a fumar, perquè la finestra de “l’habitació dels llibres” estava condemnada per la taula de treball, orientada cap a l’eixida del sol. Totes dues cambres es trobaven a la segona planta d’un d’aquells dúplex que havien poblat el barri del Raval d’Elx, una zona encara amb poca gentrificació, però que començava a tindre aquell moviment transversal dels barris de moda. Totes dues donaven a un carreronet peatonal, al davant tres cases de planta baixa deixaven lliure l’espai, amb l’espasa de damocles sempre al damunt de la possible construcció d’una promoció que ens encaixonara. Després de la tercera pipada a la cigarreta, algú va obrir la porta de la casa que es trobava tot just a tres metres de les finestres de la planta baixa. En albirar la melena rossa, ja girant una mica al gris (tots dos hem estat homes de prematurs cabells blancs), no vaig poder evitar que se m’escapara un “xè, Angelito, què fas per ací?”. 

Ell va girar un rostre somnolent i imperturbable, però va continuar amb la seua tasca de tancament de porta, ara el colpet, ara la clau. La meua visió en picat m’oferia la posició d’una càmera enganxada a una grua que, després del plànol de detall del personatge eixint de casa seua, alça el cap i fa una gran panoràmica cenital de l’entorn, del particular al general, primer episodi de la sèrie, presentació del personatge. A la segona interpel·lació ja va alçar el cap i em va mirar sense acabar de reconèixer-me, fins que “hòstia tio, perdona, ahir em vaig gitar tardíssim, que venia de tocar, i me’n vaig a fer papereos”. “T’has vingut a viure ací?”. “Sí, sí, m’he comprat la caseta”. “Ha, ha, anem a ser veïns, ens podem demanar la sal de porta a finestra i viceversa”. “Clar, traurem les cadires per fer-nos la cerveseta a la porta, com les iaies”. Em vaig posar molt content, algú, un amic, havia vingut per trencar l’espasa de damocles. Seríem veïns molts anys.

Les cerveses serien el nostre futur, com les compartides a prop de la barra de Rebote, de Subway, La Puerta Verde o Ternari, o les cervesetes del barri, a la terrassa d’Arteria, el bareto de l’amic Benya. Discussions sobre Jimmy Page, Mark Knopfler o el ritme demoníac de Motörhead, ell, que sempre ha sigut un tipo tranquil.

Ángel havia decidit ser un agüelet socarró, amb la seua veu d’ogre bon jan i el somriure a punt d’eixir, sempre a punt, només perfilat el seu dibuix, l’esclat sempre contingut. Recuperar les arrels, cantar cançonetes de fil i cotó amb esperit de Tom Petty, mirar la ciutat des del camp i viceversa, ser el personatge de la pel·li que deixa passar la vida i en fa de testimoni.

Ángel havia decidit ser un iaio misteriós i interessant, en un futur llunyà, hòstia!

 

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