El 15 de abril de 1803 el segundo alcalde de Elche, don Pascual Soler, en atención al gran número de atentados personales que venían cometiéndose al amparo de la oscuridad, en un pueblo como éste, por cuyas calles no podía transitarse (existía prohibición dictada para que no se transitara por la calle, ni envueltos en mantas ni que se detuvieran en las esquinas), desde las 10 de la noche en invierno y las 11 en verano, sin legítima y justificada causa; y aunque los señores ministros de Justicia rondaban en evitación de posibles excesos, inevitables " por la proporción que tienen los malhechores de sin ser vistos disparar armas de fuego a la Ronda, de que han ocurrido casos recientes, aumentándose este desorden en tal manera que con frecuencia se están disparando de noche dentro de la población tiros de arma de fuego, y son continúas las heridas que se cometen y robos, como que casi todos los presos que se halla en la actualidad en estas cárceles lo son por delitos de dicha naturaleza". Proponía el celoso alcalde el establecimiento del alumbrado público y citaba el ejemplo de otras poblaciones. Con ello creía se reducirían los atentados y el contrabando. También proponía el arreglo de las calles y la dotación de aceras.
Añadir nuevo comentario