El campanario de la Basílica de Santa María estuvo rematado en el siglo XVIII con un gran chapitel de madera en cuya cúspide se situó una veleta con forma de figura humana o giraldo. Esta construcción contenía algunas campanas de pequeño tamaño para llamar a la oración. El chapitel fue destruido en un incendio fortuito que tuvo lugar en la Nochebuena del año 1792 cuando el campanero de la iglesia subió lumbre para calentarse del frío vendaval que soplaba. Ya no fue reconstruido posteriormente y en 1864 el párroco de Santa María, Rvdo. Pedro Rocamora, restauró la parte superior del campanario y le dotó de la barandilla que hoy vemos. Dicho Sacerdote sería consagrado posteriormente como Obispo de Tortosa, diócesis en la que ejerció su ministerio entre 1894 y 1925.
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Fecha Publicación:
Miércoles, 5 Febrero, 2020
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