'Elche et sa fôret de palmiers'. Original grabado en madera por F. Méaulle y dibujado por A. de Bar, según una fotografía de J. Laurent.
Autor: Fortune Méaulle(1844-1901). Grabador, pintor y novelista francés. Formó parte de un exclusivo grupo de grabadores de madera que trabajaba para Louis Hachette. Como escritor, publicó libros de arte, libros infantiles y de ficción juvenil; algunos, ilustrados por otros artistas.
Técnica: Coloreado a mano.
Este grabado está incluido en la obra 'Nouvelle Géographie Universelle', la obra geográfica más importante, aparecida en Europa en la segunda mitad del siglo XIX. El autor, Élisée Reclus, fue un conocido geógrafo anarquista, que, desde bien pequeño, tenía curiosidad por conocer mundo. Ese espíritu nómada le lleva a viajar por multitud de países, entre ellos España.
En 1872, firma con la editorial Hachette un contrato para la redacción y publicación de la 'Nueva Geografía Universal': 19 volúmenes de 800 a 900 páginas cada uno, 1000 grabados y 4000 mapas, editados entre 1876 y 1894.
Reclus aboga por el perfil de un individuo que tiene la posibilidad de ser nómada diariamente o estacionalmente, pero siempre teniendo un punto de contacto con la tierra. Enraizarse también es importante.
Fragmento sobre Elche de la 'Nueva Geografía Universal':
"La huerta de Elche, en los límites del pequeño Vinalopó, está ocupada en gran parte por un bosque de palmeras, único en Europa, porque las pequeñas arboledas de Bordighera, en las costas de Liguria, y los grupos dispersos de palmeras datileras, aquí y allá a orillas del Mediterráneo, no se le puede comparar. Estos árboles son la principal riqueza de los habitantes de Elche, por sus hojas, enviadas a Italia y al interior de España para el Domingo de Ramos. El cultivo de este árbol requiere cuidados constantes y muy costosos; no sólo hay que regar la palmera datilera y limpiar la tierra que la rodea, sino que a menudo, hay que trepar por el tallo áspero para examinar la flora y los frutos, girarlos hacia el sol, atar las hojas en manojos, (y) reparar el daño causado por el viento. Es, quizás, a estas dificultades, a las que debemos atribuir la paulatina disminución del palmeral; a finales del siglo pasado, todavía se plantaban 70.000 palmeras en el distrito de Elche, tanto, como en un gran oasis del Sáhara; hoy en día, apenas queda la mitad."